La multitud y las estrategias para controlarla
“(...) la resistencia es una experiencia fundamental y necesaria para el cuerpo humano: gracias a la sensación de resistencia, el cuerpo se ve impulsado a tomar nota del mundo en el que vive. (...) El cuerpo vive cuando se enfrenta a la dificultad.”[1] Así es y así ocurrió en la Argentina. Richard Sennet se ocupó de estudiar los hechos de la revolución francesa y de esos textos extraje esta gran verdad. La misma idea que Michael Foucault describe en sus obras cuando dice que todo ejercicio de poder engendra necesariamente una resistencia. Foucault estudió redes de poder, a las que llamó instituciones de encierro en donde pasamos gran parte de nuestras vidas. El dispositivo llevado a cabo por el gobierno de Eduardo Duhalde y la policía federal, lo demuestra. Encierro y control. Vigilancia y disciplina. La Playa de Mayo es una gran cárcel en donde miles de piqueteros intentan habitarla. Un gran panóptico desde donde miles son observados, filmados, procesados antes de que cometan algún crimen. Sentencia previa. Se trata de la sociedad de la “datavigilancia” como diría Anibal Ford. Hoy las fuerzas de seguridad, además de estar equipadas con armas y bastones, lo están con cámaras filmadoras y fotográficas, conectados con una cabina central que todo registra y procesa. Esta sociedad nos dice dar la libertad de elegir, nos convierte en sujetos libres de derechos pero que en la práctica, nos transforma en sujetos totalmente regulados, vigilados y procesados en los parámetros de la estadística y que nos da voz sólo a través de sondeos y encuestas digitadas de ante mano.
“La visibilidad panóptica propia de las sociedades disciplinarias analizadas por Michael Foucault, aquella que permite una internacionalización del control social al punto de que éste llega a convertirse en control de potencialidades o virtualidades”[2], puede leerse en el diseño urbano de la Modernidad. Sobre este tema, Walter Benjamin fue uno de los primeros autores en prestar atención. Lo que me interesa rescatar es que la actuación de las fuerzas de seguridad en las últimas protestas masivas de grandes sectores de la sociedad, fueron y son, tareas planificadas, en donde se diseñaron estrategias de control y de vigilancia, mapas, guías; en fin: urbanismo entendido como ciencia que regula y regulariza el espacio. La tarea de aprisionar a los movimientos piqueteros en determinado lugar y que no puedan ser observados por el resto de la sociedad; el hecho de cortar el tránsito –no me refiero a los piquetes- sino a los policías (hay más problemas de tránsito por sus medidas que por los piquetes en sí), convierte a la ciudad en un espacio de visibilidad panóptica para los jefes de estos operativos que se adecuan a objetivos políticos y de formar encubiertamente un recelo hacia el piquetero por parte de otras clases. Objetivos que Walter Benjamin tuvo en cuenta cuando se ocupó de estudiar la remodelación del París del siglo XVIII.