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GOLPES A LOS POLÍTICOS Y A LA POLÍTICA
¡Qué se vayan todos! - gritan los manifestantes ante cualquier periodista. ¡Estamos hartos de los políticos corruptos y que vendieron al país! - se vocifera en las asambleas barriales, encuentros piqueteros y demás agrupaciones. Esto es innegable. La gente bien pensante no detesta a la política sino a éstos políticos. ¿Qué significa lo que digo? Significa que muchos ciudadanos han retomado el poder de hacer política como forma de satisfacer las necesidades de la comunidad. Carlos Grosso - ex funcionario menemista y antiguo intendente de nuestra ciudad - declaró que en algún momento de los decadentes años 90, los políticos perdieron la vocación de hacer política como un don, como algo para ayudar a la gente; e inversamente se aliaron a los lobbies y poderes de turno. Hoy, el ciudadano quiere hacer política sin partidos políticos (por lo menos sin la UCR y el pseudo partido justicialista). Quieren una política participativa y no partidaria, una política solidaria y no mezquina, una política para todos y no para un minúsculo grupo de privilegiados habitantes, una política que beneficie los intereses del país y su pueblo y no los intereses extranjeros aliados a los grandes monopolios nacionales, una política limpia y cristalina y no turbia y sucia. En fin, una política de vocación a la política. Y eso les preocupa a los políticos, porque en las Asambleas populares como en los encuentros piqueteros, estos nuevos movimientos sociales - inéditos en nuestro país y en el mundo - están peleando por el PODER.
Los que actualmente detentan el poder no lo
van a querer entregar tan fácilmente y van a hacer todo lo posible e imposible
para retenerlo. Ahora, a través de sus portavoces televisivos intentan imponer
el miedo a la comunidad, desparraman la idea de pánico y solicitan el apoyo de
turno a sus gestiones repletas de malversaciones oscuras que no dejan ver la luz
de la verdad. Votan leyes que pocos se animan a contarnos como dejar de lado la
Ley de Subversión Económica, mientras que hipotecan el país por... ninguna
razón coherente.
Ahora, ¿qué pasa con un sector del
periodismo? Daniel Hadad le habla a la cámara y dice algo así como "muchachos no
se dan cuenta, quieren que se vayan, la gente está cansada de los políticos,
vayanse y dejen su lugar..." Pero ¿quién viene? Hadad y su equipo y tantos otros
como Mauro Viale, no le dan espacio a otros políticos que nunca tuvieron poder
de decisión. No. ¿Quién viene entonces a gobernar? ¿Qué quieren? Defenestran a
piqueteros y asambleístas. Defenestran a los líderes populares como la esposa de
Castells, Luis D´Elia, Víctor de Gennaro y demás... ¿Quién viene? Se ocupan de
hablar de la seguridad y el orden por temor a que les peguen a ellos también (si
es que no les pegaron). Se preocupan de la posible toma y ataque a los countries
privados de la provincia de Buenos Aires pero no hablan de los pobres habitantes
de las villas miserias. Hablan de la imagen que damos en el mundo y ¿qué imagen
da Estados Unidos desde hace 30 años? Quieren ocultar el hambre y la
desesperación debajo de la alfombra. ¿Qué quieren? ¿Qué intereses defienden?
Otros, no tan conocidos, han llegado a expresar que hay que matar a los pibes de
la calle, que tienen que volver los Escuadrones de la Muerte... La derecha comunicacional, como bien la llamó Luis D´Elia en la cara a Eduardo Feinman, no
sabe más que hacer. Su poder está cayéndose a pedazos. El plan que tanto
defendieron se pudre y se carcome con el paso de las horas. Es hora de un
cambio. Pegarle a un político no significa odiar a la política como ellos la
odian haciendo también una política de la autoridad en donde su opinión es
sagrada.
Ellos quieren la vuelta de los que nos refundieron. No es tán difícil imaginarlo. Están a la vuelta de la esquina, agazapados, esperando que llegue su hora acompañados de los nuevos "brujos" como en 1976. La peor hora de la historia puede volver y escribirse en páginas bajo tinta con sangre. O tal vez, ganemos y llegue la hora del pueblo como hace tantos años pensamos que llegaría.
LG