Juan Carlos Camaño, secretario general adjunto de la Unión de Trabajadores de Prensa de Buenos Aires (Utpba) y miembro de la mesa nacional de la Central de Trabajadores Argentinos (CTA), insistió en la defensa de la idea del hombre organizado contra quienes necesitan de la atomización de los trabajadores, en una entrevista publicada por el periódico de la Utpba de este mes, que reproducimos a continuación:
- En un reportaje reciente dijiste que el poder pretende desaparecernos.
- Sí, porque el capitalismo puede armar la convertibilidad, la devaluación y la dolarización, pero no está en su naturaleza la distribución de la riqueza, la democratización de la economía, ni de la política. Vivimos en una dictadura económica; la misma que la Utpba denunció en 1989, cuando Menem recién asumía la presidencia.
- Desde el ‘89 hasta estos días pasaron trece años…
- Por eso destaco la fecha, para los desmemoriados. A finales del ‘92 lanzamos la campaña “La Peor Opinión es el Silencio”, haciendo un llamado a no permanecer callados frente a la impunidad con que los dueños del dinero armaban esta Argentina actual. Dijimos que no habría "salariazo" ni "revolución productiva" y, en aquel momento, decir eso significaba ser un "antipatria". Dijimos, apenas subió Menem, que había que luchar porque puesto de trabajo que se perdiera no se recuperaría más. Y decirlo significaba enfrentarse a la mentira organizada. Eran tiempos en los que, algunos de los que hoy perdieron la memoria -respecto de nuestras luchas-, compraban ilusiones al por mayor.
- ¿Y qué Argentina es ésta?
- La de la hiperdesocupación y el hambre. Un país donde mueren casi cien pibes de hambre por día, un país en el cual los banqueros más gordos le roban el dinero a los ahorristas más débiles, dado que para los "ahorristas" más gordos nunca hubo corralito. Después de más de una década de terrorismo de mercado, de neoliberalismo rabioso, de dictadura económica ¿quién tenía razón? ¿los que denunciábamos a los saqueadores financieros o los que vendían y compraban pececitos de colores? El saldo está a la vista: ahora se padece el resultado de haber aplicado la medicina del Fondo Monetario Internacional y todas las recetas del capitalismo salvaje. ¿Queda alguna duda acerca de quiénes son los responsables de esta masacre?
- Sin embargo, hay quienes sostienen que hemos sido todos los argentinos los culpables de lo que ocurre.
- Esa es otra patraña de los dueños del dinero, para enmascarar las injusticias de este sistema económico y social. Están tratando de enmascarar su fracaso. El fracaso de un sistema que tiene a tres cuartas partes de la humanidad a riesgo de su extinción, en el marco de una globalización que responde a los intereses de los más poderosos y, muy especialmente, a los intereses de Estados Unidos: la potencia más arrogante, prepotente y guerrerista que se recuerde en la historia de este planeta. Este es un mundo unipolar, un mundo en el que EE.UU. hace y deshace según le viene en ganas.
- El día de los atentados a las Torres Gemelas dijiste que Estados Unidos iba a imprimir más velocidad y más ferocidad a su maquinaria de dominación.
- Bueno, ahí está: reaseguraron las barreras arancelarias para proteger su economía, profundizaron su expansión militar, continúan monopolizando la información y las comunicaciones, amenazan con barrer a todo gobierno que no se le subordine, corrompen a políticos y empresarios en todo el mundo y si alguien no se ajusta a su filosofía del nuevo orden lo colocan bajo la mira de sus misiles. Para ellos todos somos terroristas. Toda organización social o política que no se ponga de rodillas debe desaparecer. Mientras, cada día hay más hambre, más desocupación, más analfabetismo, más miseria: aquí y en toda Latinoamérica, en África, en grandes extensiones de Asia y en diferentes sectores de Europa, e incluso en el propio Estados Unidos. ¿Cuál es el éxito de este sistema?
- En la Argentina no pueden exhibir ninguno...
- La bancarrota Argentina tiene que ver con las políticas de Reagan y Bush padre, amigo de Menem. Siempre estuvieron involucrados en este país, como en otros. Antes respaldaron a la dictadura militar y a los Martínez de Hoz y a los Cavallo; ahora nos empujan hacia el ALCA y la dolarización y apoyan, otra vez, a los Menem, a los López Murphy, a los que trabajan para ellos. ¿Cuál es la democracia que propone Estados Unidos que gasta miles de millones de dólares en armamentos y en amenazas? Hoy apuestan a que la Argentina se desintegre a través de la violencia cotidiana, del desempleo, del enfrentamiento de pobres contra pobres. Apuestan al caos y al terror para, después, aplicar un sueldo de no más de 30 o 40 dólares por mes para todos. ¿Este es el sistema del desarrollo humano? ¿Este es el sistema de los derechos humanos, de la libertad y la democracia?
- ¿Puede haber un mundo peor en pocos años más?
- Sí. Nos quieren desaparecer como país, como pueblo. Quieren hacer desaparecer a las organizaciones populares. Por lo tanto no estamos hablando tan sólo de una cuestión salarial, sino de la vida de millones de hombres y mujeres, víctimas de un sistema depredador. Se trata de una lucha política, social y cultural para nada menor, con mucha gente que está harta y asqueada de tantas injusticias. Por eso el poder no podrá convencernos de que todos somos responsables de esta masacre. La matriz injusta del sistema es lo que explica la crisis, aunque ciertos charlatanes mediáticos hagan el ranking de culpables procurando meter a todos en una misma bolsa. Como si un trabajador explotado fuera lo mismo que las multinacionales monopólicas, lanzadas a la conquista del total de la tecnología, de la ciencia, del dinero, de los medios de comunicación, de la política, de la información, del aparato represivo y del accionar mafioso. Por lo que es absolutamente falso hablar de responsabilidades a compartir. Es falso, absurdo y estúpido.
- Quieren castigarnos…
- Quieren castigarnos y desorganizarnos. No admiten que un pueblo les diga basta. Quieren que nos repartamos responsabilidades dentro de las cuatro paredes de este país, sin que denunciemos a los grupos económicos y financieros, sin que hablemos de EE.UU. y de su maquinaria imperial.
- Antes te referiste al hartazgo, al asco de la gente. Mucho de eso hubo en los sucesos de diciembre, cuando cayeron De la Rúa-Cavallo. ¿Vos crees que la reacción de la gente fue espontánea como se dijo tantas veces?
- Ese es un cuento que cae bien al oído de los que gustan de las "autoconvocatorias" y de la cosa boba y fofa que en lo posible no tenga dirección y se diluya tan rápido como se constituye. La apología del espontaneísmo persigue el fin de que nadie se haga cargo del tiempo, el espacio, la táctica, la estrategia y el carácter ideológico y político de la disputa. Antes de diciembre hubo luchas y resistencias con experiencias acumuladas y el 19 y 20 se produjeron variadas reacciones, incluso desde campos ideológicos y políticos no coincidentes. Mientras algunos medios llamaron a ganar las calles con un discurso de derecha, mucha gente se pronunció por izquierda y otros lo hicieron cansados de políticos a los que seguramente habían votado un par de años antes. Es decir: de espontaneidad hubo poco y nada.
- ¿Podés precisar lo de experiencias acumuladas, qué tipo de resistencias?
- Mirá, en este país hay años de resistencia al modelo, o al sistema: las Madres de Plaza de Mayo, los jubilados, los docentes encabezados por Ctera; los trabajadores estatales encabezados por ATE; la propia Utpba con sus luchas, no sólo corporativas. Y no apenas las que se expresan en la calle, sino la de la construcción diaria frente a la desintegración y atomización diaria. Sigo, la lucha en defensa de Aerolíneas; las marchas y luchas en el interior del país, los piqueteros, las organizaciones estudiantiles, la enorme tarea de la CTA, construyendo fuerza propia y dando lucha desde las respuestas y las propuestas. Hay años de construcción teórica y práctica, de experiencia acumulada. Años. El espontaneísmo no existe. Lo que existe y le duele a los dueños del dinero es el hombre organizado exigiendo justicia. Por eso intentan meter en la cabeza de la gente el desprecio y el odio contra todas las organizaciones políticas, contra todas las organizaciones sindicales, barriales, estudiantiles, de derechos humanos. Y están cometiendo un grave error, porque están subestimando a los trabajadores y a sus organizaciones, quizás creídos de que ellos, los dueños del dinero, no están sentados arriba del polvorín. Tiempo al tiempo, la impunidad no será eterna.
- ¿Qué ocurre en el gremio de prensa?
- Se lucha, de distintas manera, contra diferentes atropellos. La Utpba defiende el Estatuto y la Obra Social, y está en cada conflicto, aun cuando ciertas patronales, que se llenan la boca hablando de democracia, impiden el acceso de nuestra organización a los lugares de trabajo. Y no sólo eso, nos censuran en sus medios haciendo gala de lo que entienden, unilateralmente, por democracia informativa. Nada nuevo. Pero creo que se equivocan. Hay más gente de lo que se creen poniendo bajo tela de juicio el papel de algunos medios de comunicación, tiempo al tiempo. En esta misma revista se puede ver la cantidad de compañeros y compañeras que participan de la lucha en distintos planos, del debate, de la solidaridad. Por eso, ante tanta gente que no baja los brazos, que no está dispuesta a perder la dignidad, algunos deberían reflexionar y no continuar cortando el hilo por lo que se supone que es lo más delgado. Creo que se están equivocando, y mucho.
- ¿Por qué la Utpba sindica a Fontevecchia como el principal impulsor de la derogación del Estatuto?
- Porque en el tema en cuestión hace punta, junto con su padre, Alberto. Preparan despidos masivos en perfil, en momentos en que algunas multinacionales de la comunicación, con predominio de capitales norteamericanos, quieren apropiarse de medios locales, y antes necesitan eliminar puestos de trabajo, quebrar empresas, borrar leyes protectivas de la profesión y destruir la organización de los periodistas-trabajadores de prensa. Pero, insisto, la impunidad no será eterna.
Extraído de la publicación mensual del sindicato de trabajadores de Prensa (UTBA).