EL MATRIMONIO DEL FUTBOL Y LA TELEVISION ENTRÓ EN CRISIS EN ITALIA

Roma, 22 de agosto (ANC-Utpba).- La falta de acuerdo de algunos clubes italianos ante el cada vez más escaso dinero que reparte la televisión, provocó que la Liga Profesional de Fútbol de ese país prolongara para el 15 de septiembre el inicio de los torneos de la Primera y Segunda División, situación que refleja la crisis desatada desde fines del año pasado en varias empresas de TV dueñas de los derechos de transmisión en las principales ligas europeas.

Ocho de las entidades modestas de la Serie A y tres de la Serie B se han negado a firmar los contratos que les ofrecen Telepiú y Stream, las operadoras privadas que poseen los derechos de emisión a través del sistema de pago por visión, por sentirse discriminadas respecto a los clubes más poderosos.

Mientras que la televisión repartirá 270 millones de dólares entre diez de los equipos de Primera, de los cuales Juventus, Inter y Milan recibirán 150 millones de dólares, a los ocho clubes restantes apenas le ofrecen que se distribuyan 32 millones de dólares.

La cadena de la televisión pública RAI también disminuirá su aporte al fútbol, al ofrecer apenas 45 millones de dólares de los 89 millones de dólares que pagó la temporada pasada para transmitir los resúmenes de cada fecha.

Con la reducción en el dinero invertido en el fútbol, la televisión italiana intenta evitar el camino seguido por otros grupos mediáticos europeos, como los quebrados KirchMedia, poseedor de los derechos de la Liga Alemana, y el inglés ITV, dueño de los derechos de la Segunda División de ese país, o incluso el del francés Vivendi Universal, principal accionista del club París Saint Germain, que atraviesa una grave crisis económica por las pérdidas de 13.500 millones de dólares en el pasado ejercicio.

La drástica reducción por los ingresos de televisión comenzó a hacer estragos en las economías del fútbol europeo, que en el caso italiano llevó a que los clubes votaran una postergación en el inicio del certamen en una aparente unanimidad, para dar tiempo a las negociaciones entre las partes.

Sin embargo, tal unidad sólo es el resultado de una evidencia: si Atalanta, Brescia, Chievo Verona, Como, Empoli, Módena, Perugia y Piacenza impiden la entrada de las cámaras de televisión a sus estadios, la mayoría de los partidos no podrá emitirse, todos los contratos se convertirán en papel mojado y la bancarrota será generalizada.

El enorme peso que ejercen los ingresos televisivos en los presupuestos de los clubes de fútbol se hace cada día más evidente, lo que obliga a una drástica reducción en la cifra a los contratos a los jugadores.

Un sondeo de la agencia Meta Comunicazione refleja que el 47 por ciento de los hinchas italianos pidieron una rebaja en el sueldo de los jugadores.

La actual crisis deja cada vez más lejos a los años noventa, cuando los operadores de televisión fueron incrementando su oferta para asegurarse los derechos del fútbol, en un negocio que ahora muestra su perfil ruinoso, y así, en la misma Italia, el dinero exigido por los clubes se ha multiplicado por 16 desde 1995 (ANC-Utpba).