Los lectores del Panqueque están preocupados por la inminente guerra del imperialismo yanqui contra los pueblos subdesarrollados -reinados o no por tiranos como lo es Saddam Husseim-. La cuestión es otra y ni George Bush ni ningún poderoso del mundo se la quiere contar al mundo. Gracias por escribirnos.
Escribinos a luchoga@hotmail.com
Por Leandro Greca
Estados Unidos está a punto de declarar la guerra. Hoy nos encontramos en un
punto en desequilibrio mundial por lo que puede dar inicio a una TERCERA GUERRA
MUNDIAL.
Si tu estas en contra, la ONU se encuentra recopilando firmas para evitar este
trágico acontecimiento mundial. POR FAVOR COPIA este e-mail en un mensaje nuevo,
firma al final de la lista que veras a continuación, y mándalo a todas las
personas que conozcas. Si recibes esta lista con + de 500 nombres en ella, por
favor envía una copia del mensaje a:
unicwash@unicwash.org
Incluso
si decides no firmar, por favor sé considerado y no elimines la petición. SÓLO
REENVÍALO PARA JUNTOS HACER ALGO.
Gracias y muy buena la
edición del Panqueque de Diciembre pasado.
Por Silvia Ons y Pablo Honie.
Les envío un texto que me hicieron llegar unos compañeros de Montevideo, que al igual que nosotros se horrorizan frente a la impunidad y el horror que siembra Washington por todo el planeta. No estamos solos queridos compañeros, ojalá que surja de alguno de ustedes, la idea de reunirnos alguno de estos días, para intercambiar dudas, pensamientos, ideas, inquietudes; para debatir, interrelacionarnos, organizarnos, o simplemente, aislarnos por al menos unas horas de la apatía, de la modorra en la que esta sumergida gran parte de nuestra sociedad. La Juventud de América Latina despierta, que no nos roben el futuro.
Un abrazo, Pablo Hounie.
"La guerra siempre es inhumana y cruel, no importa el adjetivo que la catalogue: justa, injusta, colonial, imperial, emancipadora. A veces, muy pocas, el precio de la libertad y la justicia se paga con sangre y destrucción. Por lo general, es un recurso extremo de los poderosos destinado a conseguir un botín que, sin la fuerza de las armas, sería inalcanzable. Después de escuchar las razones de la Casa Blanca para atacar a Irak, expuestas ayer al mundo por el canciller Colin Powell, esa generalidad quedó confirmada de nuevo. Con los datos aportados por el orador sobre las armas nucleares o biológicas que maneja o prepara el régimen de Saddam Hussein, ninguno confirmado hasta ahora por observadores independientes o de las Naciones Unidas, no logró disipar la convicción de autorizadas opiniones en el mundo, incluso norteamericanas, que aseguran que si hay guerra tiene un propósito central: asegurarse el control absoluto de la producción petrolera iraquí. Razones idénticas volcaron a la diplomacia de Washington a favor de la oposición al presidente electo Hugo Chávez de Venezuela, tercer proveedor mundial de Estados Unidos del mismo producto que el país árabe.
Además del sabor a petróleo, el ímpetu guerrero tiene otra especulación económica, tampoco enunciada por Powell: la mayor economía del mundo está en dificultades y espera resolverlas por vía de la guerra. No son los únicos, por cierto, que simulan espanto mientras hacen cuentas sobre los beneficios económicos o financieros derivados de la movilización masiva de recursos militares desde Occidente. Hay fundamentos ideológicos que también concurren a justificar la agresión injustificada: una coalición conservadora internacional que mira al mundo con la misma lógica que proponen aquí las sectas del gatillo fácil y la mano dura para "aniquilar" la inseguridad urbana.
Por fin, juegan a favor de los guerreristas los sentimientos encontrados de la población norteamericana, que no se repone de la sensación de estremecedora vulnerabilidad que les dejaron los atentados del 11/09/01. Hay otros pueblos, sobre todo en Europa, sometidos también a la extorsión del miedo. Para comprobarlo, alcanza con repasar las modificaciones regresivas de las políticas de inmigración que se basan en el rechazo del diferente. "Es preferible -escribió Nietzsche.- morir a odiar y temer; es preferible morir dos veces a hacerse odiar y temer." Tenía razón, pero ¿quién elige morir en lugar de odiar y temer? Los conservadores como los Bush, padre e hijo, saben manejar el odio y el miedo para llevar agua al molino de los intereses materiales y políticos que defienden. Hay otro miedo, o mejor dicho la ausencia del miedo, que les facilita la tarea. Son los millones de personas que, sin estar de acuerdo con la guerra y aun a sabiendas de los objetivos verdaderos, eluden el compromiso con la paz, porque sucederá lejos de sus hogares o porque igual que en la Guerra del Golfo se verá como un videogame, sin ruidos ni sangre. ¿Cuántos saben hoy el costo humano de aquella guerra, quién ha contado los muertos por las bombas y las metrallas y los que todavía están cayendo por
las consecuencias, en ambos lados? Hay que saber, al menos, que los riesgos mortales no son tan ajenos como parece. Después de los atentados a la embajada de Israel en Buenos Aires y a la sede de la AMIA, sólo hay que imaginar las posibilidades de la revancha o la venganza. Por suerte, Eduardo Duhalde quiere diferenciarse de Carlos Menem y, en esta ocasión, no se sumó a la caravana militar que encabeza el Pentágono. Sin embargo, aquí y en el mundo la resistencia pacifista es más meritoria que multitudinaria. Ni siquiera en los discursos de los precandidatos a la sucesión presidencial aparece el tema, no se sabe bien si por cálculo, por convicción o de puros cipayos, nada más. En todo caso, sería bueno que cada fuerza social y política reflexione sobre el estado del mundo, además de estar pendiente de los deseos del Fondo Monetario Internacional (FMI). Otra vez nadie lo dijo como Albert Camus: "La verdadera desesperanza no nace ante una obstinada adversidad, ni en el agotamiento de una lucha desigual. Proviene de que no se perciban más las razones para luchar e, incluso, de que no se sepa si hay que luchar". SI, HAY QUE LUCHAR..."
Otro mensaje contra la guerra nos llega a nuestra clandestina redacción:
15 DE FEBRERO: CAMPAÑA
MUNDIAL CONTRA LA GUERRA
En el III Foro Social Mundial se acordó que el 15 de febrero, todos los
movimientos sociales deberán organizarse para ser parte de una gran
manifestación mundial contra la Guerra. A continuación un texto de Eduardo
Galeano, escrito especialmente para la Red Internacional de Movimientos
Sociales.
PARA DECIR NO
por Eduardo Galeano
El presidente del planeta anuncia su próximo crimen en nombre de Dios y de la
democracia. Así calumnia a Dios. Y calumnia, también, a la democracia, que a
duras penas ha sobrevivido en el mundo a pesar de las dictaduras que los
Estados Unidos vienen sembrando en todas partes desde hace más de un siglo.
El gobierno de Bush, que más que gobierno parece un oleoducto, necesita
apoderarse de la segunda reserva mundial de petróleo, que yace bajo el suelo de
Irak. Además, necesita justificar el dineral de sus gastos militares y necesita
exhibir en el campo de batalla los últimos modelos de su industria armamentista.
De eso se trata. Lo demás, son pretextos. Y los pretextos para esta próxima
carnicería ofenden la inteligencia. El único país que ha usado armas nucleares
contra la población civil, el país que descargó las bombas atómicas que
aniquilaron Hiroshima y Nagasaki, pretende convencernos de que Irak es un
peligro para la humanidad. Si el presidente Bush ama tanto a la humanidad, y de
veras quiere conjurar la más grave amenaza que la humanidad padece, ¿por qué no
se bombardea a sí mismo, en vez de planificar un nuevo exterminio de pueblos
inocentes?
Inmensas manifestaciones invadirán las calles del mundo este 15 de febrero. La
humanidad está harta de que sus asesinos la usen de coartada. Y está harta de
llorar a sus muertos al fin de cada guerra:
esta vez quiere impedir la guerra que los va a matar.
Escribinos a
luchoga@hotmail.com