DISCOS
Lenny Kravitz - Lenny
Esperado regreso de Lenny luego de un grandes éxitos y de la impresionante difusión que tuvo Again, una de sus mejores canciones. Acá no hay un tema a esa altura pero hay varios que le pisan los talones. Kravitz sigue teniendo las mismas ambiciones de estrella de rock y, por momentos, en base a buenas interpretaciones, pegadizas melodías y contundentes riffs, lo logra. Pero, aún no tiene mucho para ofrecer en materia de expresión personal y de originalidad. Sus canciones son criticadas por ser robos a mano armada de clásicos de los setenta de Hendrix, Tom Petty o Bob Marley. Lo mismo se dice de Oasis y tal vez, ambos, tengan el mérito de componer pegadizas gemas de música popular con gran soltura. Dig in pega rápidamente, al igual que Bank Robber man (uno de los números más potentes) y If I could fall in love. Otro buen tema es Yesterday is gone que recuerda al Bon Jovi de los ochenta. Power pop, acá Lenny deja de lado casi completamente el reggae y el soul, excepto al comienzo con Battlefield of love -uno de los temas más flojos del disco - y en la pegadiza Let´s get hight -futuro hitazo- . Una cuenta pendiente son las letras; es más, luego de escuchar el disco uno se da cuenta, al entender sólo algo de los estribillos, que Lenny tiene poco para decirnos (ejemplo: God save us all: Dios salve a todos). Más no se le puede pedir, por eso creo que este es su mejor disco y se gana 7 panqueques.
Super Furry Animals - Rings around the world
Pulp - We love life
Los
primeros son una de las bandas más elogiadas por la prensa europea y respetados
tanto por sus contemporáneos como por Paul McCartney que hace ruiditos en uno de
los temas. Hijos de los Beatles, Pink Floyd, Beach Boys y Radiohead, recorren el
difícil ascenso a la fama por un laberinto intrincado de bellas melodías,
preciosas interpretaciones y mezcla entre la tecnología y el clasicismo de
pianos, chelos y violines a lo Bjork. Por momentos nos recuerdan a Blur
y por otros a Pet Sound de los Beach Boys. Tienen excelentes canciones como la
imperdible
Presidential Suite -una sátira al caso Lewinsky con Bill Clinton - y no se
estancan en un único ritmo indagando en las complejas aguas de la
experimentación sonora. Componen el disco más psicodélico que los Beatles nunca
pudieron componer y lo mezclan con el Syd Barret de los primeros Pink Floyd más
un toque propio. Estos galeses no copian a lo Kravitz, son originales (demasiado
para el actual statu quo musical)
y evitan los estribillos fáciles que seguramente los llevaría a la cima.
Simplemente esperan que la historia les haga un guiño. Dentro de veinte años
serán una banda de culto, hoy su música en base retro es demasiado
avanzada para el comienzo del milenio
en donde prima el pop simplón.
9 panqueques.
Pulp dio vuelta al mundo en 1995 con ese gran hit que fue Disco 2000 con ese comienzo tan disco circa 1976. En este disco siguen por el camino de This is Hardcore, más alejados de la fama y de las canciones simplonas para pasar por la radio. Componen temas largos, con letras imposibles de memorizar a lo Fito Paez de Abre. Cocker sigue cantando melancólicamente con una voz gruesa que recuerda a Bowie pero ahora recita más las canciones en extensos pasajes literarios con una banda que acompaña en deliciosos pasajes sonoros. Por momentos retoman el camino dejado por Bowie con el tema Five Years, en otros se redescubren a ellos mismos con pasajes épicos similares a sus viejos primeros discos y en otros aburren. Todo el disco parece una banda de sonido, pero, a diferencia del disco anterior, acá no hay suspenso, no hay trama; y aburre. Es una secuela que, tal vez con el tiempo, se le encuentre la vuelta. Su equiparable cinematográfico sería El Protegido, mientras que el disco de 1998, Sexto Sentido. Cocker interpreta sus canciones como Bruce Willis actúa en sus películas, criticado por muchos y elogiado por otros tantos. Pero, esta vez, a Pulp le faltó un director para "producir" su película. Por eso se quedan con 7 panqueques.
Stone Temple Pilots - Shangri La Dee Da
Scott
Weiland decidió dejar de lado el hard-rock cuasi heavy para retomar el power -
pop a lo Tiny Music. Su quinto álbum intenta ser un resumen de lo mejor de sus
anteriores discos, pues no dan un paso hacia adelante sino que se mantienen en
la misma línea moviéndose hacia los costados: a la derecha más tranquilos y
conservadores, como a la izquierda, más pesados pero sin generar ninguna
revolución. Aún mantienen una gran facilidad para componer temas con gancho y
buenas baladas como Wonderful o A song for sleeping. Scott Weiland canta como
nunca, ya no se notan sus influencias de Jim Morrison y simplemente se dedica a
cantar, dejando de lado los gritos para otra ocasión. Hello it´s late es un gran
tema como Too Cool Queenie en el que toman prestado el sonido Queen de
majestuosos arreglos y chillonas guitarras a lo Killer Queen de 1974. El tema
que cierra el disco tiene una base pegadiza y un poderoso riff a lo Deep Purple
o Led Zeppelin. Definitivamente, los STP se volvieron más retro que nunca y se
orientaron exclusivamente en los años ´70 bailando entre el rock duro y la
balada para orejas con más de 30 años. Se nota que han crecido y se han vuelto
conservadores sin perder el buen gusto pero han girado a la derecha olvidando la
añorada revolución musical. El mérito es componer buenas canciones en tiempos
mediocres como Lenny Kravitz pero tomando prestado viejos méritos e ideas de
otrora. A pesar de haber grabado un disco desparejo tiene sus picos elevados y
se llevan 7 panqueques y ¼.