Charly García - Influencia
Este
disco tiene una singular virtud: motiva. Escuchar a Charly cantar las simples
pero efectivas estrofas de "Tu Vicio" es una conmovedora sensación para
cualquier amante del rock argentino que este creador tan bien a sabido
alimentar. Si no te gusta García, no te calentés, no lo vas a admitir pero
seguramente alguien te va a encontrar cantando aquello de "yo soy un vicio más,
en tu vida soy un vicio más..." Para qué negarlo, el tipo se despacha con temas
únicos que se instalan en el inconsciente colectivo con total naturalidad. La
virtud de García es tomar aquello que nadie es capaz de tomar, aquella música
que se encuentra en la naturaleza, volando en los aires de las melodías. García,
a pesar de que últimamente complica más de lo necesario sus obrar con el estilo
Say No More, es capaz de dar cátedra con sencillos acordes. Esta canción es un
ejemplo que remite al Waiting for a friend de los Stones, supera a
cualquiera de Calamaro o al camino ahora emprendido por el Fito de Rey Sol.
Influencia es un disco de canciones por sobre todas las cosas. Contiene cuatro
temas nuevos solamente y nos deja con ganas de escuchar más. El resto se reparte
en covers de él mismo o Serú Girán como Encuentro con el Diablo y de Todd
Rundgren (aunque no parezca que Influencia pertenezca a él). Película
Sordomuda emociona y nos recuerda a Pubis Angelical a aquellos temas
instrumentales que aparecían espaciosamente en la etapa Serú. Aquí, GArcía deja
de lado su voz gastado y regala una de las joyas del disco. Debo aclarar que en
esta oportunidad Charly ha mejorado su canto en comparación con el desgastado
registro vocal de discos como El Aguante. Mi nena se encuentra en el
camino del primer tema pues es un rockito efectivo a lo García. No importa que
al final el disco se caiga un poco, ni que las nuevas canciones sean escasas.
Charly nos entrega su mejor disco, tal vez, desde hace 10 años. Aunque Say No
More sea aún incomprendido por muchos hasta, a veces, por mí, no se le puede
negar la influencia, precisamente, que tendrá y ya tiene en la música nacional.
Pero García es sinónimo de canciones y esa imagen permanecerá apegada a él, en
nuestro conciencia, hasta el fin de sus días. Por eso es que este disco nos
agrada tanto porque es un regreso a las fuentes y nos produce el deseo de volver
a escuchar a García, aquel creador de tantas bellas melodías que nos acompañan
desde que descubrimos la música. A pesar de ser un vicio nunca te dejaremos
porque ya sos un vicio para la Argentina y el mundo.
9 panqueques.
Moby - 18
Podemos
afirmar sin temor a equivocarnos que Moby encontró la fórmula del éxito e
ingresó en el gran mercado; Moby ya es mainstream. Aunque se reniegue de la
industria musical, estos personajes "rebeldes" son unos grandes mentirosos caso
Marilyn Manson, Moby o quien sea. Hoy todos tienen ese sonido tan comercial que
apesta. Es verdad que algunos tienen mejor gusto y agregan cosas nuevas, en
realidad reciclan, roban, toman prestado. Moby es un gran ladrón, me lo imagino
sentado en su computadora cortando y pegando sonidos de distintas bandas y
solistas de jazz de los ´40. Antes Moby tuvo el don de sorprender, hoy se
recicla a sí mismo y saca un lados B pareciese de Play, su exitoso disco
anterior que lo sepultó en la fama. Y lo sepultó directamente, no sólo
literalmente. Claro que venderá muchos miles de discos y que lo escucharás y
verás hasta decir "che, está buena la canción". Claro, tu oído ya está
amortiguado al gusto medio que te impone la industria. Moby, como tantos otros,
tenía la opción de elegir el camino más difícil, el de la experimentación como
Radiohead o el más sencillo, el del éxito seguro. Bueno, acá estamos. Moby
pretende volar entre ambientes sonoras, voces hipnóticas y románticas y
electrónica pura sin sonidos martillantes; pero, en cambio, aburre un tanto
bastante. Hay varios posibles hits como Extreme Ways, todos en plan Play
o In this World. El primer tema cuando lo escuches lo vas a saltar,
seguro, ya hartó ese de que "estamos hechos en las estrellas", en el que Moby se
hace el astronauta. Una posible definición de la música de este yanqui podría
ser apta para avisos publicitarios. Igual le vamos a
perdonar la vida. 4 panqueques
½ porque algo tiene que tener ¿no?.
Spiritualized - Let Come In
A
diferencia de Moby, Spiritualized sí sabe lo que es volar por el espacio
musicalmente. A pesar que, a diferencia de su anterior álbum de 1997 -lo mejor
de ellos, acá no se internan tan desesperadamente en la experimentación para
acercarse al gospel y cantos grandilocuentes que ya se insinuaban en los últimos
temas de Ladies and Gentleman... El disco empieza bien arriba con On Fire
rockeando como nunca pero después se tranquilizan con el espiritual Do It All
Over Again. Acá mezclan a los Beach Boys con sus experiencias anteriores de
Spaceman 3 y el noise de Sonic Youth. Luego llega el mejor tema del disco, del
año, de la década y del movimiento que encabezan: Don´t Just Do Something.
De ahí en más el disco se cae en algunos pozos porque superar a ese tema es
imposible, no hay forma. Le meten miles de instrumentos, voces y coros.
Impresionante. Por último, al final, se escucha a un delirante Peirce pidiéndole
a Dios que lo escuche y la desesperación late en los parlantes. Un disco
religioso casi celestial pero que es amigo del Demonio. Entre el cielo y el
infierno, allí se ubica el alma de uno de los grupos más impresionantes de la
otra música del Reino Unido. 9 panqueques y medio.
The Strokes - Is This it?
Ya lo
dijimos anteriormente: este fue uno de los mejores discos del año que murió
entre cambios de presidentes acá y ataques, bombardeos y la paz como una opción
pensada, como siempre, como un sueño para el año futuro. The Strokes
es una de las mejores bandas de Estados Unidos desde que surgió Nirvana de
lejos. El disco dura un poco más de 35 minutos pero todas las canciones son
clásicos. Es un grupo que se asienta en el pasado pero no para copiarlo sino
para reciclarlo. El cantante canta como si estuviese en una FM clandestina, su
voz se distorsiona entre la marea de guitarras sucias y desquiciadas, mientras
un bajo marca el ritmo al estilo Ramones y una batería no cesa de golpear
nuestros oídos como en los primeros discos de Led Zeppelin. Es rock con todas
las letras. Suena a los Sex Pistols, Ramones, Television, The Who y, obviamente,
Velvet Underground. El primer tema que da nombre al disco es el más lento y
emociona, luego le sucede The Modern Age que es una cabalgata por los
campos de Iggy Pop en sincronía con los temas más salvajes de la Velvet. Nueva
York, ya a esta altura, revive y vuelve al ruedo. Soma es otro punto alto del
disco y luego el estribillo de Barely Legal son los Beatles de McCartney
procesados a mil por hora mientras algo está por estallar y estalla en el hit:
Last Nite. Chuch Berry se levanta y caza la guitarra mientras los Ramones
se vuelven a reunir en el cielo con su líder a tocar temas de The Strokes. La
banda del 2001 y del futuro que se sienta en 1970 y extrae lo mejor del rock
urbano que tan bien crearon los Lou Reed, Iggy y sus Stooges. Bajate alguno de
estos temas por Internet o también Someday y vas a entender de qué la dan
estos pibes. No todo está perdido. Esto es rock de verdad.
9 panqueques y ½ para ellos.