DISCOS

Bersuit Vergarabat - De la Cabeza con...

La Bersuit es como el tiempo: no para. Sigue y progresa, evoluciona y se transforma. Al pelado Cordera se lo nota mejor que nunca, de ánimo y como cantante. Las letras descaradas y sin prejuicios de la Bersuit de aquellos lejanos años ´90 que se fueron sin pena ni gloria, suenan más actuales que nunca, desde aquel augurio de que se venía el estallido, al Señor Cobranza y el pedido de cárcel para Cavallo, Menem y compañía. La banda se luce en ritmos de cumbia, en rumba, son y canciones populares onda Pablo Milanés, pero los momentos en donde Cordera emociona a la audiencia es cuando se queda solo, prácticamente solo, frente al público -el pueblo como diría el pelado- y recita perlas como Mi Caramelo que sería una suerte del Love of my life de la Bersuit por la sangre, el corazón y el romanticismo de un pibe normal con la poesía de la calle. Ni más ni menos. Un Pacto es una catarata de buenos gratos momentos junto a la unión de varias y excelentes voces que unidas conjugan delicadas y preciosas notas de lo mejor de la música hecha en el país desde Serú Girán, sin exagerar. El grupo está asentado, suena bárbaro, tienen talento, buenas letras y grandes melodías. Sus recursos, hoy por hoy, parece inagotables y tienden a permanecer en el imaginario colectivo por varios años más. El tiempo dirá por ahora no para. 9 panqueques.

Attaque 77 - Amateur

Attaque es otro de los grandes valores de nuestro país en aquello que humildemente hemos denominado: rock nacional. Falacia o no, nuestro rock es cada vez más elegido por nuestra juventud y la de toda América a pesar de su contenido político y social netamente argentino. Tal vez, seguro creo yo, los problemas de nuestro país son los de América toda. Pero aquí Attaque 77 se ajusta a las leyes del mercado de las discográficas y saca un disco innecesario, quizá sí interesante para fanáticos o no tanto pero que no agrega casi nada a su poderosa historia reciente. Desde su comienzo en el punk más duro a su masividad en el rock-pop dulzón a lo Weezer, y sus duetos con próceres y actores políticamente correctos, símbolos de la crítica y el aguante - no entendido como en El Aguante - como el señor León Gieco. La Colina de la Vida es lo mejor del disco, obviamente que tiene con qué serlo, una de las mejores letras de la historia, poesía en estado puro, bella armonía y poderosa interpretación a cargo de ambos cantantes. Cuando una critica - más si esas críticas son negativas - lo hace desde la desilusión y la insatisfacción de aquello que quiso ser y no fue. Este es un caso. Quizá la ansiedad de escuchar cosas nuevas del grupo me lleve a criticarlos despiadadamente por entregar chatarra, basura cuando en realidad no lo sea. Es cuestión de gustos. El fanático le encantará. Aquel que quiera descubrir la banda, no comience por aquí. Tampoco conseguirán nuevos adeptos a su música, muchachos. Si es por presión de la empresa o por un gusto personal, allá ustedes. Yo espero un disco nuevo de verdad y no 20 y pico de canciones que se consiguen en el parque Rivadavia por $5. Por todas mis dudas, El Panqueque no los califica porque aprecia sinceramente su música y valores.

Rufus Wainwright - Poses

¿Quién es? Rufus es un inglés que se fue a vivir a Canadá que mamó la forma de cantar de Freddie Mercury y su rock operístico tanto de Queen como en Barcelona y que lo reinterpretó en su versión más amorfa de Radiohead, más sentimental de Travis y más cristalina de Coldplay. También asoma por allí retazos de la Divina Comedia y Neil Hannon. Rufus tiene un talento inigualable pero una incapacidad crónica por lograr que las masas gusten de él. Y entonces, en búsqueda de transgredir editó este segundo disco más "normal" para los parámetros de la industria de la música de estos frívolos días que nos tocan vivir. Y fue en búsqueda de, también por si fuera poco, que alguien lo pasase por las radios y por MTV. En eso anda. Los críticos lo halagan y él agradece desde su femeneidad y su tormentosa vida -como si no se notase que quiere llamar la atención de la prensa se declaró gay como Morrisey -. Por si fuera poco, menos aún, compuso junto a Alex Gifford de Propellerheads -¿alguien se acuerda de ellos?- un tema llamado Shadows que lo eligió como corte de difusión. Lástima, porque es el peor tema, sí el más o único tema pop. ¿Por qué no arriesgó con Greek Song, Poses o California. Ni que hablar de la impresionante Cigarettes and Chocolate Milk. También me da lástima que un disco tan fascinante pase desapercibido por el público masivo. La música contemporánea saldrá del pozo en el que está el día en que tipos como Rufus y su innombrable apellido sean Ricky Martin y Ricky sea un don nadie. Salud por la llegada de ese porvenir que no piensa aún en venir. 9 panqueques.

Stereolab - Sound Dust

Otra linda sorpresa la otorga esta banda multinacional pues la componen personas de Inglaterra, Francia y Australia. No son sorpresa ellos pero sí el disco al cual calificaría como rejunte sonoro pero con una razón conceptual. Las voces femeninas son tan bellas que deberían provocar en gente como la cantante de Cranberries o Garbage de abandonar el canto. Pero no, siguen. Y también Stereolab por suerte. Suerte de cóctel de bossa nova, pop, dance, Velvet por aquí y por más allá, trip-hop, baldas afrancesadas, low fi e indie - tecno. De todo, bastante. Los 3 primeros temas son impresionantes con cambios de ritmo, delicados arreglados y buen gusto por doquier. Recomendable probarlo. Aseguro no defraudar. Cierto es que se debe acostumbrar el oído a probar música impensada para el oyente medio de FM actual de Bandana, Enrique Iglesias y Abba teans. 8 panqueques.

 

Electric Light Orchesta - Zoom

Desde estas páginas mucho se ha escrito de la ELO, banda setentosa de rock adulto en el paisaje beatle y en el espectro McCartney. La Electric regresó al disco el año pasado con un zoom de buenas canciones y otro zoom de temas aburridos y sin altura de lo que ellos solían alcanzar. Su Roll over Bhetoven definitivamente fue hace mucho tiempo, se nota. Conservan cosas positivas y alianzas mágicas como con Ringo Star y George Harrison en una de sus últimas apariciones musicales, si no es que fue la última. Jeff Lynne no puede dejarse llevar y retoma una y mil veces aquel sonido que nunca abandonó. Acá abundan los rocanroles y escasean las baladas. Lo mejor sigue siendo su sonido beatle que brilla en Just for love que suena tan o más a Lennon que el último tema de Oasis. 6 panqueques y ½

Ryan Adams - Gold

Tanto se habló de este tan afamado "nuevo Dylan" que decidimos prestarle atención. Y... nos quedamos con los Counting Crows ¿qué será de ellos? Esa fue la primera sensación, extrañar a otra banda. Cierto es que Adam Duritz de los Counting Crows canta en un tema pero podría haber cantado en todos. Adams no tiene un gran voz, nasal a veces, forzada en otras, no convence. Tan yanqui que asusta, tan conservador que espanta, tan Dylan que da bronca. El primer tema está bueno, el segundo no tanto, el tercero ya cansa, para el cuarto agarré la almohada y en el quinto me quedé dormido. Lo peor de todo es que cuando me levanto de la siesta adamsciana el disco sigue andando porque es más largo que Feliz Domingo para la Juventud. ¿Se acuerdan? Por algo, el tema 16 y último se llama Goodnight... , si él dice buenas noches será por algo. 4 panqueques y fui generoso.