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Eduardo Galeano en el III Foro Social Mundial

A las 19:30 hs. del domingo 26 de enero de 2003, tras una hora de atraso provocada, por un lado, al natural estado del tránsito de la ciudad de Porto Alegre, y por otro a lo que unas 120 mil personas asistentes al III FSM le agregaron con sus propios vehículos particulares y la gran cantidad de ómnibus de las delegaciones, junto a la infinidad de marchas de protesta que interrumpían calles y avenidas varias tornando los traslados en algo lento aunque no desesperante al nivel de la autopista del sur cortazariana.

Como decía al principio, a las 19:30 hs. llegó al estadio Gigantinho el maestro Eduardo Galeano.  Al calor del verano brasileño se le agregaba el de un estadio de 20.000 personas totalmente colmado, a decir verdad, con mucha más gente de la que puede albergar, y además repleto desde el mediodía, pues la programación incluía tres conferencias consecutivas muy convocantes.

En primer turno fue el tiempo de Ignacio Ramonet de Francia; Eugenio Bucci de Brasil; Sussana George de Filipinas   y Sally Burch de Ecuador, quienes expusieron sus ideas acerca de la globalización neoliberal y su impacto en los medios de comunicación.

Luego, a las 16:00, fue el espacio de Cine y Política, en “La lucha contra la homogeneización de la imagen”. Aquí participaron el italiano Citto Maselli y el argentino Fernando “Pino” Solanas, quien con un discurso encendido no dejó de despertar continuas adhesiones.

En este marco, y con un clima pesadísimo en el cual hasta respirar resultaba un trabajo arduo, mas de 20.000 personas soportaron estoicas una hora de espera, mientras hacían pasar de mano en mano una inmensa bandera, hecha de varias banderas unidas entre sí, practicaban la “ola mexicana” y ensayaban distintos cánticos políticos entre los que se destacaban, por absoluta prepotencia del entusiasmo, los exclamados a favor del flamante presidente de Brasil Luis Ignacio Lula da Silva.

Era el turno del panel compuesto por Radha Kumar de la India; Jean Ziegler de Suiza; el eternamente adorado por el público brasileño Leonardo Boff y el escritor uruguayo Eduardo Galeano, que a decir de la presentadora convoca mas gente que una estrella de rock.

Voy a dejar en claro que el autor de esta nota descree totalmente de la objetividad en los comentarios, y como tal está en condiciones de admitir que no sólo admira la obra literaria de Galeano, sino que además mantiene con él una relación por demás de cordial, desde que allá por el fin de siglo nos recibió a un grupo de escritores por ese momento inéditos en el café El Brasilero de Montevideo. Allí estuvimos conversando a lo largo de 4 horas y desde ese dia no dejo de visitarlo cada vez que viajo al Uruguay, para llevarle cada una de mis publicaciones, las que él no critica pues también descree de ese ejercicio.

Con su habitual estilo parsimonioso y creador de climas especiales e intimistas, comenzó su alocución dos veces, tras un comienzo frustrado por la gente que reclamaba la falta de traducción simultanea al portugués.

La que sigue es la transcripción textual y completa de sus palabras andantes, con citas en las que se detallan los momentos en que la multitud interrumpía la exposición con aplausos y ovaciones para que el lector tenga una idea aproximada del entusiasmo imperante de la concurrencia.

“Hola…hola, buenas noches a todos,  en estos días están ocurriendo en muchos países a la vez numerosas manifestaciones populares contra la vocación guerrera de los amos del planeta.  En las calles de muchas ciudades estas manifestaciones dan testimonio de otro mundo posible.

El mundo tal cual es transpira violencia por todos los poros y está sometido a una cultura militar que enseña a matar y a mentir.  Bill Clossmann que fue Teniente Coronel del ejército de los Estados Unidos y está especializado en pedagogía militar ha demostrado que el hombre no está naturalmente inclinado a la violencia.  Contra lo que se supone no es nada fácil enseñar a matar al prójimo.  La educación para la violencia que brutaliza al soldado exige un intenso y prolongado adiestramiento, según Clossmann, este adiestramiento comienza en los cuarteles a los 18 años de edad.  Fuera de los cuarteles comienza a los 18 meses de edad.  Desde muy temprano la televisión dicta esos cursos a domicilio. (aplausos)

Un escritor compatriota  había comprobado en 1917 que las guerras crucifican la verdad, muchos años después otro compatriota, el presidente Bush padre, que había desatado la primera guerra contra Irak con el noble propósito de liberar a Kuwait, publicó sus memorias, en ellas confiesa que los Estados Unidos habían bombardeado Irak porque no se podía “permitir”, comillas, textual,  porque “no se podía permitir que un poder regional hostil tuviera de rehén buena parte del suministro mundial de petróleo”.   Quizás, digo yo,  ¿quién sabe?  Alguna vez el presidente Bush hijo publicará una fe de erratas sobre su propia guerra contra Irak  (aplausos)  y donde dice: cruzada del bien contra el mal, debe leerse… petróleo, petróleo y petróleo  (ovación)

Más de una fe de erratas será necesaria.  Por ejemplo habrá que aclarar que donde dice “comunidad internacional”, debe leerse: jefes guerreros y grandes banqueros.  (aplausos)

¿Cuántos son los arcángeles de la paz que nos defienden de los demonios de la guerra?  Cinco…son cinco.  Los cinco países que tienen derecho de veto en el concejo de seguridad de las Naciones Unidas.  Estos custodios de la paz son además los principales fabricantes de armas, en buenas armas estamos…  (ovación)

  ¿Y cuántos son los dueños de la democracia?  ¿Cuántos son?  Porque los pueblos votan…pero los banqueros vetan.  Una monarquía de triple corona, una monarquía de tres coronas reina sobre el mundo.   Cinco países toman las decisiones en el Fondo Monetario Internacional.  El Banco Mundial es un poco más democrático, en el Banco Mundial mandan siete países.   Y en la Organización Mundial de Comercio todos los países tienen derecho de voto, pero jamás se vota.  Nunca se votó.  (aplausos)

Pero hay que reconocer, para no ser así dogmático, sectario, que es feo  (risas).

Digo, hay que reconocer también las virtudes de estas organizaciones que gobiernan el mundo, que en el fondo merecen nuestra gratitud.  Es verdad que ellas ahogan a nuestros países, pero también es verdad que después nos venden salvavidas…de plomo  (aplausos)

En 1995 la Asociación Americana de Psiquiatras publicó un informe sobre la patología criminal   ¿cuál es según los expertos, los que de veras saben, el rasgo más típico de los delincuentes habituales? … La inclinación a la mentira.  Y uno se pregunta  ¿No es éste el más perfecto identikit del poder universal?  ¿Qué debe leerse por ejemplo donde dice libertad de trabajo?  Debe leerse derecho de los empresarios a arrojar al tacho de la basura dos siglos de conquistas obreras  (ovación sostenida)

Se trabaja el doble a cambio de la mitad, horarios de goma, salarios enanos, despidos libres y que Dios se ocupe de los accidentes, de las enfermedades y de la vejez.   Las principales empresas multinacionales: Wall Mart y Mc Donalds prohiben expresamente los sindicatos.  Quien se afilie a un sindicato pierde su empleo en el acto.  En el mundo de hoy que castiga la honestidad y recompensa la falta de escrúpulos, el trabajo es objeto de desprecio.  El poder se disfraza de destino, dice ser eterno y mucha gente se baja de la esperanza como si fuera un caballo cansado.   Por eso la elección de Lula a la presidencia del Brasil va mucho más allá de las fronteras de este país  (enorme ovación acompañada del clásico cántico: olé, olé, olá…Lulá Lulá  por parte de la concurrencia y seguido en forma suave y algo desafinada por Galeano desde el micrófono)

Y va mucho más allá de las fronteras de este país porque es la victoria de un obrero sindicalista que encarna la dignidad del trabajo y por eso ayuda y mucho ayuda a distinguir las vitaminas que todos necesitamos contra la peste de la desesperanza  (aplausos)

 Para que no se diga que en Porto Alegre nos reunimos los contreras de siempre, los resentidos de siempre, aclaremos que en algo estamos de acuerdo con los más altos dirigentes del mundo.  También nosotros somos enemigos del terrorismo y estamos contra el terrorismo en TODAS sus formas.  (aplausos)

Podríamos proponer a Davos una plataforma común y acciones comunes para capturar a los terroristas que empezaría por la pegatina de todas las paredes del planeta de carteles que digan WANTED: Se busca a los mercaderes de armas, que necesitan la guerra como los fabricantes de abrigo necesitan el frío, se busca a la banca internacional que secuestra países y jamas devuelve a sus cautivos, aunque cobra rescates multimillonarios, que el lenguaje del hampa llama “servicios de deuda” (aplausos)  …se busca a los delincuentes que en escala planetaria roban comida, estrangulan salarios y asesinan empleos (aplausos) …se busca a los violadores de la tierra, a los envenenadores del agua y a los ladrones de bosques y también se busca…y también se busca… a los fanáticos de la religión del consumo, que han desatado (interrupción por aplausos) …que han desatado una guerra química.  La guerra química contra el aire y  el agua de este mundo (aplausos).

El poder identifica valor y precio, dime cuanto pagan por ti y te diré cuanto vales, pero hay valores que están más allá de cualquier cotización, porque no hay quien los compre, y no hay quien los compre porque no están en venta, están fuera del mercado y por eso estos valores han sobrevivido.  Porfiadamente vivos esos valores son la energía que mueve los músculos secretos de la sociedad civil.  Provienen de la memoria más antigua y del más antiguo sentido común.  Este mundo de ahora y esta civilización del sálvese quien pueda, esta civilización de cada cual a lo suyo; está enferma de amnesia y ha perdido el sentido comunitario, que es el papá del sentido común.

En épocas remotas, en lo más temprano de los tiempos, cuando éramos los bichos más vulnerables de la zoología terrestre, cuando no pasábamos de la categoría de almuerzo fácil en la mesa de nuestros vecinos voraces, fuimos capaces de sobrevivir contra toda evidencia porque supimos defendernos juntos y porque supimos compartir la comida (aplausos).

Y hoy en día, más que nunca es necesario recordar esas viejas lecciones del sentido común. Defendernos juntos, pongamos por caso, para que no nos roben el agua. El agua, cada vez más escasa ha sido privatizada en muchos países y está en mano de las grandes corporaciones multinacionales.  Dicho sea de paso, de aquí a poco, si seguimos así, también nos van a privatizar el aire y nos van a decir: de tanto no pagarlo no sabemos valorarlo ni merecemos respirarlo (aplausos).

Volvamos al agua: para que el agua siga siendo un derecho y no un negocio, una pueblada desprivatizó el agua en la región boliviana de Cochabamba. Las comunidades campesinas marcharon desde los valles y bloquearon la ciudad.  Le contestaron a balazos, pero a la larga, después de mucho pelear, recuperaron el agua del riego de sus sembradíos, que el gobierno había entregado a una corporación británica.  Esto ocurrió hace un par de años.

Otro ejemplo más reciente, y hablando de esto de defendernos juntos… el petróleo mueve la sociedad de consumo, eso se sabe.  No se le va a negar el mérito, pero también se sabe que el petróleo tiene malas costumbres, y entre otras manías, al petróleo se le da por derribar gobiernos, fabricar guerras, intoxicar el aire y pudrir el agua.  Hace poco la marea negra, pegajosa y mortal, cubrió la mar y las costas de Galicia y más allá (aplausos)…un barco petrolero se partió por la mitad y derramó miles y miles de  litros de fuel oil con la irresponsabilidad y la inmunidad que se han hecho costumbre en estos tiempos en que el mercado manda y el Estado no controla nada (aplausos e insultos varios contra las multinacionales en cuestión).

 Y entonces, ante un Estado ciego… ante un gobierno sordo que no hizo más que encogerse de hombros, los músculos secretos de la sociedad civil desataron su linda energía, y una multitud de voluntarios enfrentó la invasión enemiga a mano limpia, armada de palos y tachos y lo que se pudiera encontrar, y esos voluntarios no derramaron lágrimas de cocodrilos ni pronunciaron discursos de teatro (aplausos).

 Defendernos juntos… defendernos juntos y compartir la comida, las dos más viejas y más importantes lecciones de la historia y del sentido común. Compartir la comida…una tonelada de comida y  de ropa llegó recientemente en tren al rincón más pobre de la provincia argentina de Tucumán, donde hay niños que mueren de hambre, y ese envío solidario provenía de los cartoneros, los pobres más pobres de Buenos Aires (aplausos y ovación)  … los pobres más pobres de Buenos Aires que se ganan la vida revolviendo la basura pero son capaces de compartir lo poco…lo casi nada que tienen.

¿Cuál es la palabra que más se escucha en el mundo? ¿En casi todas las lenguas del mundo? :  La palabra yo. Yo, yo, yo…  Sin embargo, un estudioso de lenguas indígenas ha develado que la palabra más usada por las cumunidades mayas, la palabra que está en el centro de sus decires y sus vivires, es la palabra nosotros. (aplausos) 

En Chiapas nosotros se dice “tic”, y para eso ha nacido y crecido este Foro Social Mundial en la ciudad de Porto Alegre, que es hoy por hoy la capital del mundo y el modelo universal de la democracia participativa (aplausos) ¡para eso! ¡Para eso!  Para eso ha nacido y para eso ha crecido ¡para decir nosotros! ¡Tic! ¡tic! ¡tic!

Una ovación y 20.000 personas de pie despidieron a Eduardo Galeano del estadio Gigantinho de Porto Alegre. Algunos kilómetros más allá se repetía la historia, pues estaban colmadas las instalaciones de los auditorios del Campamento de la Juventud, del Centro Cultural de la Usina del Puerto y de la Universidad Católica, lugares en donde se reprodujo simultáneamente la conferencia y miles y miles de personas emocionadas, algunas agarradas de las manos, ovacionaron al maestro Galeano, creyendo por un momento que otro mundo es posible, que sólo depende de uno, del otro, de la actitud que tengamos hacia la sociedad. En definitiva, solo depende del “nosotros”, tan fácil y tan difícil a la vez.

                                                            Marcelo Ariel Fiorentino, para la revista FREITAG